jueves, 18 de noviembre de 2010

Los asesinatos de María Marta García Belsunce, Nora Dalmasso, Rosana Galliano y Andrea Pajón

Un libro echa luz sobre la violencia de género en el país
“Mía o de la tumba fría” recorre cuatro asesinatos emblemáticos que siguen impunes, donde los maridos son los principales y eternos sospechosos.


Los autores eligieron los casos de las muertes de María Marta García Belsunce, Nora Dalmasso, Rosana Galliano y Andrea Pajón.

Neuquén  Los asesinatos de María Marta García Belsunce, Nora Dalmasso, Rosana Galliano y Andrea Pajón, que en su momento despertaron la curiosidad de la sociedad argentina, tienen un punto de contacto: en todos estos casos los maridos son los principales sospechosos. Las similitudes también incluyen divorcios contradictorios, amenazas y denuncias cruzadas de violencia doméstica y familias enfrentadas. Pero la analogía principal es que estos cuatro casos no están aún resueltos y continúan impunes. Esta situación es lo que cautiva e intriga. Más allá de los indicios, más allá de la sospecha social, para la Justicia esto no alcanza para condenar a Carlos Carrascosa, Marcelo Macarrón, José Arce y Claudio Sartal.
Mientras la mirada social sigue tejiendo hipótesis, los periodistas Liliana Caruso, Florencia Etchevés y Mauro Szeta, con reconocida trayectoria en el ámbito policial, decidieron descifrar las muertes de las mujeres mencionadas en el libro “Mía o de la tumba fría”, publicado recientemente por Longseller.
Se trata de cuatro casos emblemáticos que aún permanecen impunes: María Marta muerta a balazos en su casa del country de Pilar y la simulación de un accidente; Rosana, acribillada a tiros, y un llamado de su esposo; Nora, estrangulada y un patrón genético que dice Macarrón; y Andrea baleada en el oído en la calle, y hasta sus hijos acusando al papá.
“Escribimos este libro porque las preguntas que nos hacen todos en la calle es: ¿Quién mató a Norita? ¿Lo del country de Pilar fue el marido, no? ¿El viudo Arce va a zafar?”, explicaron los periodistas en diálogo con La Mañana de Neuquén horas antes de la presentación de “Mía o de la tumba fría”, en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
“Con este libro estamos tratando de acercar una respuesta a estas inquietudes pero con elementos técnicos, en base a los expedientes y a entrevistas con familiares, vecinos y amigos de las víctimas y de los involucrados, y no sólo con expresiones de deseo”, agregó Szeta, quien actualmente es columnista en los noticieros de Canal 13 y en la señal de cable Todo Noticias.
La hipótesis de que los maridos son los principales sospechosos es el eje de este libro, acordaron los autores pero también eligieron estos cuatro casos porque parecen calcados. “En todos hay mujeres asesinadas y maridos bajo sospecha, y en todos se posterga la resolución, lo que hace alimentar las hipótesis de la gente que Carrascosa mató a María Marta, que Macarrón mató a Norita, que el viudo Arce mandó a matar a su mujer y que Sartal hizo lo mismo con Andrea, pero esto nada tiene que ver con las investigaciones, esas son las verdades deseadas por gran parte de la sociedad”, explicó Etchevés.
“Para la Justicia son inocentes aunque socialmente están condenados”, acotó Szeta, quien además abrió más el planteo: “Que sean los asesinos y que no se les haya podido comprobar, que no sean y que se haya instalado que son los asesinos y eternamente lo serán”.




El problema parece ser la falta de resolución de estos casos.
Szeta: Consideramos que despertaron mayor interés porque no fueron resueltos desde un principio y también porque aparecen familiares y amigas de las víctimas que instalan la idea de que hay que investigar a los maridos.
Etchevés: Se da también que tanto María Marta García Belsunce como Nora Dalmasso pertenecían a una clase alta acomodada, lo que genera aún más la fantasía de que puede haber plata de por medio.

Juega también el preconcepto social que se arma sobre los sospechosos.
Szeta: Se decía que Carrascosa estaba callado durante el juicio porque mató a su mujer. Pero tengamos en cuenta que Arce hizo todo lo contrario, habló hasta por los codos, lo que demuestra que no existe un perfil del marido sospechado.
Etchevés: Arce y Carrascosa son antagónicos, sin embargo de ambos se sospecha. Cada persona construye al asesino ideal.

¿Estos maridos sospechosos adquirieron cierta impunidad?
Szeta: Impunidad relativa porque si son inocentes no son impunes. Existe un preconcepto de que son los asesinos, yo tengo dudas y las voy a tener siempre. A pesar de que resulte antipático planteamos en el libro por qué no creerles la inocencia. “Todos ellos tienen en claro que serán los sospechosos eternos del crimen de sus esposas.”
Etchevés: Arce, siendo el sospechoso de la gente, nos dijo en una entrevista “Ojo que yo no soy Carrascosa”. Es decir que Arce también sospecha de Carrascosa. 
Caruso: Así como dijo eso, también expresó “Ahora lo entiendo a Claudio Sartal, le pasa lo mismo que a mí”. Es increíble, Arce se mete en los otros crímenes. 

La aparición de las familias de las víctimas y de los sospechosos le agregó un plus a estos casos como si se tratara de capítulos de una telenovela.
Etchevés: Lo que está en el medio como móvil es el dinero. Las familias involucradas colaboraron a la fantasía popular.
Szeta: Dinero y sexo, diría yo.
Caruso: Pero además de sexo también relaciones matrimoniales conflictivas porque tanto Andrea Pajón como Rosana Galliano tenían otra pareja y además habían denunciado a sus maridos o se querían separar.
Etchevés: Luego del entierro de Nora Dalmasso cuando la familia regresa a la casa de Villa Golf, los periodistas que estábamos cubriendo el caso pudimos observar cómo su marido Marcelo Macarrón estaba eligiendo de un catálogo los colores con qué iba a empapelar las habitaciones de sus hijos. Un detalle que suma a la fantasía popular. Después de enterrar a su mujer, Carrascosa se fue de viaje y su hermano protestaba porque no lo dejaban ir a Punta del Este.
Szeta: Y Arce ni bien es asesinada Rosana invitaba a los periodistas a pasear por la escena del crimen y mostraba la sangre y también cómo criaba pollos.

Al no pesar sobre ellos una condena firme, ¿podríamos definirlos como asesinos perfectos?
Szeta: Son asesinos perfectos si fueron los que mandaron a matar a sus mujeres o si son ellos los asesinos. También podríamos pensar que estamos en presencia de investigaciones imperfectas o de inocentes condenados socialmente.
Etchevés: Perfectos por planificación o por azar. Todo les jugó a favor. En la muerte de María Marta a Carrascosa le jugó a favor que el fiscal le creyó y no se llevó el cadáver. Si ese mismo día se hubieran llevado el cadáver para una autopsia la cosa podía haber cambiado. El caso de Rosana suena a cosa más planificada según la acusación.





1 comentario:

  1. Te paso el link del blog sobre el caso Belsunce. La mayoría de los medios periodísticos han deformado la causa de una manera desvergonzada, sólo para vender sus libros y/o tener rating... si querés saber la verdad entrá a nuestra página. Gracias.
    http://casobelsunce.blogspot.com.ar

    ResponderEliminar